Uno de los retratos más expresivos del cura Miguel Hidalgo y Costilla se encuentra en la bóveda del Palacio de Gobierno de Jalisco, ubicado en su capital, Guadalajara, un fresco elaborado por el muralista José Clemente Orozco.
Orozco logró plasmar a un Miguel Hidalgo imponente, que en su mano derecha sostiene una antorcha encendida mientras levanta su puño izquierdo como símbolo de fuerza y rebelión, pero sobre todo como expresión de defensa de sus ideales.
El mural se extiende por toda la pared y el techo de la bóveda que recibe de frente a quienes suben por las escaleras del palacio de Gobierno y que experimentan un asalto de emociones generadas por los vívidos colores empleados por el artista para plasmar los cinco escenarios que componen esta obra, “Las fuerzas tenebrosas”, “Luchas fratricidas”, “Las víctimas”, “El circo contemporáneo” y por supuesto, al centro, el también llamado padre de la independencia de México.
Si bien es al artista al que se le debe la majestuosa obra, vale la pena mencionar que fue el gobernador en turno era Everardo Topete, quien encomendó a Orozco no solo el fresco más emblemático del Palacio de Gobierno, sino una serie de trabajos que conforman parte del patrimonio cultural e histórico de Jalisco.
Abril Benitez
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